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miércoles, 11 de julio de 2012

Respuesta a posiciones retrógradas de la moral.


 Respuesta a posiciones retrógradas de la moral.


La palabra moral (derivada del latin moralis) y la palabra ética ( del griego ethikos) se refieren al consenso de costumbres y conductas dentro de un grupo social o a la tendencia para comportarse de determinada   forma. En el tiempo han existido las aproximaciones filosóficas  lógicos deductivas hacia la moral con el objetivo de identificar los principios universales que pueden guiar la conducta humana.  Actualmente ha surgido la aproximación científica a la moralidad, que surge documentando cambios en la conducta moral de pacientes con disfunción cerebral.   Hay evidencia sistemática de que ciertas regiones cerebrales  como la corteza prefrontal  ventro medial, corteza prefrontal dorso lateral, lóbulo temporal anterior, surco temporal superior, estructuras límbicas y paralímbicas intervienen en la conducta moral de  los individuos. Estudios de neuro imagen funcional y estructural llevado a cabo en sicópatas han señalado  anormalidades en casi todas estas regiones, lo que nos permite deducir  que el comportamiento moral está directamente relacionado con esa masa de sustancia gelatinosa que llamamos cerebro.
Damasio (1994), y Haidt (2003) dan ejemplos de emociones morales (culpa, orgullo, vergüenza, empatía, compasión, indignación).
Según Haidt, Moll et al,(2.003) la conducta moral es provocada por disposiciones espontáneas implícitas y que las emociones  morales operan de forma automática e inconsciente.  Señalan que la conducta moral es el resultado del equilibrio delicado entre la conducta prosocial y altruista en un extremo y la conducta antisocial y egoísta en el otro. Es decir la moralidad proviene de nuestra naturaleza animal, sé que algunas personas se sienten mal clasificadas, en ese caso favor dirigir sus quejas al señor Carl Linneo, quien  seguramente estará ardiendo en las llamas de los mismísimos infiernos.
Es importante  ilustrar que   todo lo que pensamos,  todo lo que sentimos, todo lo que imaginamos, todo lo que decidimos, es decir  todo lo que somos está en nuestro cerebro. Es una conclusión a la que llegamos gracias a la neurociencia. Tampoco se puede escapar  de esta realidad lo que hemos dado en llamar moralidad, esto no está en discusión, indudablemente nuestras  decisiones en el ámbito moral están directamente relacionadas o mejor emanadas de nuestra naturaleza cerebral y no dirigidas por entes inexistentes y mucho menos por libros denominados sagrados, que habrán regido en tiempos remotos a sociedades atrasadas y que rigen actualmente a mentes supersticiosas. La conducta moral por ser  normas aceptadas por grupos sociales varía hoy en día en el mundo entero pues son resultado de la actividad cultural, pero eso nos debe llamar a la reflexión ya que  una sana convivencia debe existir bajo unos parámetros universales de comportamiento y  de respeto para con la vida y la dignidad, personalmente no puedo aceptar que por diferencias culturales deba aceptar que una mujer sea asesinada por adulterio en algún país islámico o que se practique la ablasión del clítoris en mujeres para que no puedan experimentar placer o que la discriminación de género o inclinación sexual sea presentada como ejemplo de moralidad como lo presentan el  procurador Ordoñez y el columnista jesuita Alfonso Llano Escobar.
Desde mi perspectiva atea y respaldado  por los hallazgos que nos permite la neurociencia  me atrevo a manifestar que prefiero la conducta moral basada en el respeto a la sana convivencia entre los individuos de una sociedad, que se rija por los principios de equidad  y solidaridad y que busquen el  bienestar del colectivo. Desecho la moral basada en dogmas y supersticiones de cualquier tipo que son defendidas por personas que sostienen en sus manos libros con historietas traídas de los cabellos de lugares lejanos y de tiempos remotos  y que no por lejanos y remotos son falsos si no más bien por que salieron de mentes que considero enfermas.
Los ateos tenemos comportamientos morales y somos susceptibles de cometer faltas, pero estoy seguro que una moral atea, es decir basada en nuestra naturaleza es mil veces mejor que cualquier modelo de moralidad supersticiosa.
Señor procurador señor columnista, si ustedes se comunican con su dios eso puede ser fe, pero si su dios les contesta eso se llama esquizofrenia.

Jumartinpescador.

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