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sábado, 18 de septiembre de 2010

A PROPOSITO DEL LIBRE ALBEDRIO


Este concepto lo manejan de igual manera las tres religiones abrahamicas a saber, el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Según esta idea, dios creo al hombre con la capacidad de decidir hacer el bien o hacer el mal, de todos modos cualquiera que sea la decisión todos seremos juzgados por nuestras acciones.

Por un lado es a veces confuso saber que es bueno y que es malo, pero de acuerdo a normas éticas y morales y a otras que tienen que ver con la sana convivencia en las sociedades la conducta de los seres humanos debe ir enfocada en el bienestar de todos.

Pues bien esa noción de libre albedrío no se puede escapar hoy en día al análisis juicioso e imparcial del método científico. (aplausos apoteósicos del respetable). Y no podía ser sino a través de los reconfortantes avances de la neurociencia y de esos maravillosos combatientes, mujeres y hombres que alrededor del mundo trabajan incansablemente para ayudarnos como especie a entender mejor la naturaleza, nuestra naturaleza.

Como primates humanos tenemos esa gran responsabilidad y por esa razón trato de difundir los hallazgos que estos privilegiados tienen para compartir. Espero poder servir en algo para encender la polémica entre grupos de personas que se interesen por estos temas.

Particularmente para mí fue sorprendente escuchar la hipótesis que surgió a partir de los trabajos del Dr Bejamin Libet (neurocientifico estadounidense): las decisiones están condicionadas por actividad inconciente cerebral que antecede no solo al movimiento sino también a la impresión subjetiva que tenemos de esa decisión (voluntad). La actividad cerebral nos engaña con respecto al orden temporal de los sucesos. Es decir el libre albedrío sería pues ni más ni menos un engaño. (Francisco J. Rubia Neurocientifico español)

El Doctor Wolf Singer director del instituto Max Plank para la investigación cerebral anota: el cerebro no toma decisiones de manera arbitraria, sino que estas se basan en experiencias acumuladas .Entonces lo que voy a hacer de ahora en adelante es la consecuencia de eso que soy yo.

Grave y delicada sentencia si esto es así tengo dos comentarios.

Primero: si el concepto de libre albedrío se hunde como la virginidad de María, las consecuencias de nuestros actos quedarían dadas por las leyes del determinismo biológico planteados hoy en día como determinismo genético regidos por los procesos evolutivos que operan en la selección natural establecidos por Darwin. Entonces ¿en dónde queda la voluntad ? Esto es más que una papita caliente con ají y todo.

Segundo: pasaremos un memorando a las generaciones pasadas que han influido de muchas maneras en la forma de pensar de las generaciones nuevas. Las sociedades vivimos en eternos conflictos debido a las conductas antisociales de muchos de nosotros.(¿excluimos aquí a los enfermos mentales?) Estos comportamientos de acuerdo a lo anteriormente dicho dependen de la información que esta guardada en nuestras neuronas, de lo nutrido por medio de nuestras experiencias diarias de eso que forma nuestro yo y que parece ser sin saberlo influyen mas de la cuenta a la hora de actuar.

Charles Sherrington insinuó la posibilidad de que si algún día los seres humanos llegaran a enfrentarse cara a cara con su verdadera naturaleza, ese conocimiento podría desencadenar la caída de la civilización.

Rodolfo Llinás opina que si algún día llegáramos a comprender en su totalidad la portentosa naturaleza de la mente, de hecho el respeto y la admiración por nuestros congéneres se verían notablemente enriquecidos. (Me gustaría más que la opinión de Llinás fuese la acertada).

Esto del libre albedrío no es más que otro ejemplo de cuan importante es conocernos a nosotros mismos. Somos los animales que poseemos mayores grados de libertad para actuar y gracias a ello nuestra especie se ha enfocado en el estudio de lo que somos desde un punto de vista científico. Si la humanidad comprendiera el valor que tiene este bello proceso evolutivo del cual hemos surgido ¿podría ser posible acaso la construcción de sociedades mas justas ?

Muchísima es la información que entra al cerebro por segundo, (once millones de bits) pero muy poca es la que utilizamos en el momento de ser concientes, (40 bits) ¿ qué pasa con el resto ? Parece ser que el tema del inconciente por lo expuesto anteriormente vuelve a retomar gran importancia en el estudio, que de la mente, del cerebro, de nosotros, la neurociencia enfila baterías desde ahora.

Los hombres se equivocan si se creen libres, su opinión está hecha de la conciencia de sus propias acciones y de la ignorancia de las causas que las determinan. Su idea de libertad, por tanto es simplemente su ignorancia de las causas de sus acciones:.

Baruch Spinoza (1632-1677)

Agradecimientos sinceros y mis respetos a todos aquellos que nutren mi pasión por la neurociencia y mi objetivo de demostrar que la idea de dios es tan solo una mala idea, que no estaría justamente dada por la posibilidad de creer o no creer en dios sino tal vez por algo más.

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